Poda Sináptica y Felicidad

¿Qué hace falta para que un bebé llegue a convertirse en una persona sana física, emocional y mentalmente? Todo está basado en un proceso cerebral llamado “Poda sináptica” que podemos utilizar beneficiosamente.

El cerebro está formado por neuronas. Para cada actividad que realizamos, estas células se comunican entre sí mediante neurotransmisores electroquímicos y conexiones sinápticas específicas.

Un bebé nace con miles de millones de neuronas conectadas entre sí por trillones de conexiones neuronales (Sinapsis) que se forman cada vez que experimenta algo.

La neurona es la unidad elemental de procesamiento y transmisión de información en el sistema nervioso. Gracias a las conexiones neuronales o Sinapsis, la información que vamos recopilando puede viajar hasta las células nerviosas en las diferentes áreas del cerebro.

Cuando un bebé llega al mundo, tiene 50 billones de conexiones neuronales. A medida que crece, su cerebro desarrolla rápidamente nuevas conexiones neuronales y, cuando llegue a la edad adulta, tendrá alrededor de 500 billones.

PODA SINÁPTICA

Una de las grandes estrategias de la naturaleza para construir sistemas nerviosos es producir elementos neuronales, como neuronas, axones y sinapsis en exceso. Así, el cerebro viene preparado para cada contingencia posible y, con el tiempo, se deshace de las conexiones neuronales que no utiliza.

Los neurocientíficos lo llaman poda sináptica y da forma al cableado neuronal para adaptar el sistema nervioso al mundo en el que se vive porque la eliminación de neuronas depende de la actividad sináptica. La experiencia de vida activará ciertas neuronas, creará nuevas conexiones cerebrales y fortalecerá las existentes, o bien desactivará neuronas, y eliminará conexiones.

La primera infancia es una época de tremendo desarrollo cerebral. El cerebro cambia drásticamente su forma y tamaño en respuesta a todo los estímulos y vivencias de los primeros años. El entorno, las experiencias, los cuidados y las relaciones afectarán la forma en que se conectan los circuitos cerebrales complejos.

El cerebro fortalece las conexiones sinápticas que usamos con frecuencia y desecha las cosas que no usamos para dar más poder de procesamiento a las conexiones sinápticas útiles. Así, todas las nuevas habilidades e información que aprendemos parecen difíciles al principio, pero se vuelven más fáciles a medida que practicamos.

Esta red de conexiones sinápticas determinará en última instancia la función cerebral y el desarrollo del comportamiento. La clave es procurar que l@s niñ@s desarrollen el mejor cableado tanto para sus aptitudes locomotrices, como para sus habilidades mentales, emocionales y espirituales.

Cronología del desarrollo del cerebro infantil

Durante el desarrollo neurológico y cerebral de los primeros años de vida, el cerebro está creando y podando conexiones rápidamente pero no todo sucede simultáneamente. Las etapas de desarrollo del cerebro difieren según la edad.

Por ejemplo, el cerebro de un bebé de 3 meses aún está trabajando en las habilidades motoras básicas y no va a formar las conexiones que le permitan comprender el pensamiento abstracto.

Según el psicólogo francés Jean Piaget, el cerebro infantil se desarrolla en cuatro etapas importantes:

1 Etapa sensoriomotora (desde el nacimiento hasta los 2 años)

Durante este período de rápido crecimiento cognitivo, los bebés desarrollan una comprensión del mundo a través de la coordinación de experiencias sensoriales (ver, oír, oler, paladear) con acciones motoras (alcanzar, tocar).

La etapa sensoriomotora les permite comprender que los objetos existen y los eventos ocurren en el mundo independientemente de sus propias acciones.

Al nacer, el cerebro de un bebé tiene aproximadamente el 25% del tamaño del cerebro de un adulto y duplicará su tamaño durante el primer año de vida. Sin embargo, la densidad sináptica se reduce a la mitad a los dos años. Es una etapa crucial del desarrollo de su cerebro y es fundamental que reciba amor, afecto, cariño y amabilidad.

La etapa sensoriomotora del desarrollo se puede dividir en seis subetapas adicionales que incluyen:

   1) Actos reflejos

El primer mes de vida es la etapa de los actos reflejos. El recién nacido responde a la estimulación externa con acciones innatas. Por ejemplo, si rozas la mejilla de un bebé con el dedo, succionará por reflejo.

   2) Reacciones circulares primarias

Los bebés de 1 a 4 meses repetirán acciones placenteras centradas en su propio cuerpo. Moverán los dedos, patalearán y se chuparán los pulgares. Estas no son acciones reflejas sino intencionales que un bebé hace por placer.

   3) Reacciones circulares secundarias

Esta etapa dura generalmente entre 4 y 8 meses. Ahora, además de las acciones que involucran sus propios cuerpos los bebés repiten acciones placenteras que involucran objetos. Un ejemplo de esto es cuando sacude el sonajero por el placer de escuchar el sonido.

   4) Coordinación de Esquemas Secundarios

Desde los ocho meses hasta un año de vida, los bebés no solo muestran interés en los objetos, sino que también pueden usar su conocimiento del objeto para alcanzar una meta. En la práctica, puede extender la mano y agarrar su sonajero, incluso si tiene que apartar otro objeto que se interpone en su camino.

   5) Reacciones circulares terciarias

En esta etapa, el bebé prosigue en el avance de la consecución de objetivos, pero ahora mediante adaptaciones intencionales a situaciones específicas. El bebé que una vez exploró un objeto desarmándolo, ahora trata de volver a armarlo. Lo que ha desordenado trata de reordenarlo. Por ejemplo, vuelve a apilar los ladrillos que sacó de su camión o vuelve a encajar piezas una dentro de la otra.

   6) Pensamiento simbólico

Finalmente, en esta subetapa está el comienzo del pensamiento simbólico. L@s niñ@s ahora pueden formar representaciones mentales de cosas que no están físicamente presentes. Esto es crucial para la adquirir el sentido de la permanencia del objeto, el logro más fundamental de toda la etapa sensoriomotora del desarrollo.

2 Etapa Preoperacional (Edades 2 a 7)

En la segunda etapa de desarrollo, el cerebro tiene aproximadamente el 80% del tamaño de un adulto. El crecimiento cognitivo sigue ocurriendo muy rápido durante esta etapa. A la edad de 5 años, el cerebro de un niño tendrá el 90% del tamaño del de un adulto.

Durante esta fase crítica de su desarrollo, aprenderá a comunicarse en el idioma que habla principalmente y es el mejor momento para enseñarle varios idiomas.

También aprenderá a pensar simbólicamente. La capacidad de concentración, la memoria a corto plazo, la memoria a largo plazo, la lógica y el razonamiento se desarrollan durante estos años.

3 Etapa Operacional Concreta (Edades 7 a 11)

Durante esta etapa, l@s niñ@s son más conscientes de los sentimientos de otras personas. Aprenden a aplicar el pensamiento lógico a los objetos, pero las conexiones neuronales para el pensamiento abstracto no se desarrollan aún durante esta etapa y por eso les cuesta entender las repercusiones a largo plazo de sus acciones.

4 Etapa operativa formal (Edades 11 a la edad adulta)

El pensamiento se vuelve mucho más sofisticado después de los 11 años, ya que las experiencias han fortalecido las sinapsis. En esta etapa, l@s niñ@s aprenden a pensar de manera abstracta. Perfeccionan sus habilidades para resolver problemas y se va aclarando el tipo de persona en la que se convertirá. El cerebro no estará completamente desarrollado hasta los 25 años.

El amor es esencial para un buen desarrollo cerebral

Varias investigaciones realizadas entre 2010 y 2015 por prestigiosas universidades confirman que el amor incondicional de los progenitores hace que l@s niñ@s sean emocionalmente más felices y compasivos en general. Inversamente, l@s adult@s que informaron haber recibido menos afecto en su infancia, tuvieron problemas de salud física y mental/emocional en la edad adulta.

Lo realmente fascinante que se desprende de esos estudios es que los científicos creen que el amor y el afecto llegan realmente a proteger a l@s niñ@s contra los efectos nocivos del estrés infantil. A la inversa, se ha comprobado que aquell@s que viven en entornos desfavorecidos como un orfanato muestran niveles más altos de Cortisol, la hormona relacionada con el estrés.

L@s investigador@s también han estudiado los beneficios del contacto piel con piel para los bebés. Esta interacción, entre la madre y el bebé en particular, ayuda a los bebés para que lloren menos y duerman más y se ha demostrado que estimula el desarrollo del cerebro.

Otros numerosos estudios muestran los beneficios del masaje para reducir la ansiedad en bebés y niñ@s durante el estrés académico, las hospitalizaciones y otros eventos estresantes. Además, ofrece a madres y padres una excelente oportunidad de conectarse con sus hij@s y crear un fuerte vínculo positivo, tanto física como emocionalmente.

L@s niñ@s que reciben amor, una buena alimentación y buenos cuidados tienen infinitamente más posibilidades de convertirse en adult@s bien adaptad@s, san@s y felices. Los estímulos amorosos, interesantes, diversos y alegres harán que l@s niñ@s desarrollen amplias conexiones “amables y felices” en su desarrollo cognitivo, emocional y social. A medida que crezcan, esas sinapsis se volverán más fuertes y saludables.

En la edad adulta, sabrán cómo construir relaciones saludables consigo mism@s, regular sus emociones frente al estrés y las situaciones difíciles, exhibirán comportamientos sociales positivos y se desenvolverán mejor académica y profesionalmente.

La otra cara de la moneda ocurre cuando l@s niñ@s no crecen en un ambiente de aprendizaje saludable, ni reciben los cuidados y el amor adecuados. Tienden a tener una autoestima más baja y a sentirse más ajenos, hostiles, agresivos y antisociales. Les será mucho más difícil mantener relaciones saludables, tendrán menos capacidad para mantenerse enfocad@s y menos probabilidades de tener éxito.

Ahora que sabemos que el cerebro refuerza o desactiva las conexiones con determinadas habilidades en función de los estímulos que recibe podemos promover adecuadamente la salud física, mental, emocional y espiritual de l@s niñ@s.

Para desarrollar lo mejor posible todo el potencial de un bebé en los primeros cruciales años de su vida, es necesario:

  • Expresarle amor con palabras como “mi amor, mi cielo, mi vida” y crear apodos cariñosos sinsentido como “mi puturrú de foa” .
  • Procurar sostenerle, tocarle y mecerle. Pasar muchos momentos acariciando su piel y procurar que pueda sentir la tuya.
  • A medida que crecen, jugar usando el cuerpo y tocarse de forma divertida, bailar juntos o crear juegos que impliquen abrazarse o besarse.
  • Garantizar que abrazar sea parte de la rutina diaria. Por ejemplo, antes de ir al colegio, cuando llegan a casa y antes de acostarse.
  • Usar el afecto durante la disciplina. Mientras se le habla sobre lo que hizo mal, poner la mano en su hombro y darle un abrazo al final de la conversación para asegurarle de que aún es amad@, incluso cuando su comportamiento no gusta. En caso de disputa a golpes, abrazarle y explicarle que abrazar le hace sentir mejor que golpear.
  • Procurarle estímulos sensoriales con juegos y ejercicios enfocados en los sentidos (vista, oído, tacto, gusto, olfato).
  • Procurarle estímulos mentales tanto para la mente lógica, como para la mente creativa y también para la mente inconsciente. Las leyendas, los cuentos y las canciones utilizan una historia como metáfora o imagen mental, son sugestiones y mensajes que el inconsciente comprende.

En resumen, no se trata de estimularles con excesivas actividades, aprendizajes y estudios, sino de procurarles cuidados basados en el amor que fomenten su óptimo desarrollo mental aprovechando los recursos de la poda sináptica.

Con afecto,

Sophie

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