Sueños e intuición

Los sueños son otra forma de conectar con la intuición y nos brindan orientación para la auto sanación, la superación de emociones difíciles y la espiritualidad usando el poder curativo de las metáforas. Sirven para ayudarnos incluso en nuestras pesadillas.

¿Qué sabemos de los sueños?

Dormir y soñar son actividades diferentes. Dormir pone en marcha los procesos fisiológicos de reparación del organismo, mientras que soñar es un proceso psíquico.

La teoría científica de la autoorganización de los sueños propone que el cerebro dormido es un sistema auto organizado que puede combinar señales neuronales discontinuas e incongruentes (es decir, diferentes elementos de los sueños) en una narrativa relativamente continua durante el sueño.

Esta teoría implica que los sueños no operan de forma independiente, sino que responden a una función del cerebro dormido que refleja las actividades fisiológicas y psicológicas del soñador, como la consolidación de su memoria, la regulación de sus emociones y la clasificación de los estímulos externos.

El proceso de consolidación de la memoria genera fragmentos de la memoria para extraer información pertinente. Los recuerdos destacados, los recuerdos recién codificados y los recuerdos de la memoria a largo plazo se activan preferentemente y luego se manifiestan en el contenido de los sueños.

Por otra parte, a principios del siglo 20, Sigmund Freud, consideraba los sueños como un “camino real” hacia el inconsciente y por ello su interpretación era, y sigue siendo, una importante técnica dentro del psicoanálisis.

Destacó así mismo el papel de la emoción en el proceso de formación de los sueños lo que ha dado lugar al “Principio de organización afectiva de la memoria” que sugiere que la red de la memoria está organizada por los recuerdos con carga afectiva. Las emociones se activan y se combinan para formar diferentes guiones que luego sirven como plantillas para construir una narrativa onírica.

De hecho, varias investigaciones han identificado la estrecha relación entre los sueños y las emociones, que llegan a definir como indispensables para la formación de los sueños.

De hecho, en psicoterapia se pueden identificar las experiencias traumáticas de un paciente a través del material emocional presente en sus sueños. Las emociones ligadas a los traumas traen una fuerte carga que las convierten en el aspecto central del discurrir de los sueños y esto proporciona una valiosa guía para la terapia.

Recibir los mensajes de los sueños

 

Nuestros sueños traen una información importante para nosotr@s porque nos hablan sobre nostr@s.

 

Sin embargo, no solemos recordar nuestros sueños. La noche puede ser un espacio mental vacío o traer algún pensamiento momentáneo que desaparece rápidamente de nuestra memoria.

Otras veces recordamos retazos de sueño que no podemos comprender y llegamos a sentir confusión, desconcierto, malestar o miedo.

En efecto, el “idioma de los sueños” es desconocido por la inmensa mayoría humana ya que no utiliza el lenguaje formal de la mente consciente para expresarse. Los sueños pertenecen al inconsciente y se sirven de imágenes. Por ello, la interpretación de los sueños

requiere la ayuda de la intuición que no está constreñida por los límites de la mente consciente.

Otras personas tienen sueños premonitorios que predicen acontecimientos por llegar. En Para poder interpretar los sueños es preciso poder recordarlos. Determinadas personas si poseen esa habilidad de recordar sus sueños. Se les conoce como “empátic@s de los sueños”. Desde la infancia, suelen tener sueños vívidos que recuerdan.

Algun@s empátic@s llegan a tener guías espirituales con las que se comunican durante el sueño y que les brindan una información útil y compasiva sobre cómo superar obstáculos, alcanzar metas o llevar una vida más espiritual y pacífica.

Muchas personas han referido tener sueños premonitorios aunque la ciencia es obviamente escéptica en cuanto a este fenómeno. En honor a la verdad, muchas tradiciones místicas, diferentes culturas e incontables experiencias personales vienen a mostrarnos que las premoniciones son reales y parecen claramente estar ligadas a la intuición.

Una posible explicación a los sueños premonitorios es que algunas personas, secretan cantidades excesivas de Dimetiltriptamina, una molécula alucinógena (principio activo de la bebida sagrada Ayahuasca utilizada por los chamanes andinos) que tendría el poder de inducir experiencias “particulares” expandiendo nuestra conciencia y permitiéndonos ver el futuro.

Desarrolla la empatía con tus sueños

Si no tienes el don de la empatía con tus sueños, puedes desarrollar esta habilidad practicando dos tipos de ejercicios:

– Mantén un diario de sueños:

Procura escribirlos cada mañana. Al despertar, dedica unos momentos de tranquilidad, entre sueño y vigilia, para registrar cualquier fragmento de sueño que recuerdes. Luego, a lo largo del día, podrás leer lo que has escrito y meditar para descubrir el significado de esta información identificando las emociones que aparecen y los pensamientos, sentimientos, recuerdos y asociaciones que surjan.

– Pregúntate antes de dormir:

Cuando te enfrentes a una crisis, una encrucijada, un bloqueo, etc., procura desarrollar el hábito de hacerte una pregunta al respecto antes de irte a dormir. Puede ser ¿Qué opción es buena para mi carrera? o ¿Me conviene esta relación? o ¿Necesito saber algo importante para mí?

Por la mañana, comprueba cómo tu sueño trae una respuesta que se aplica a su pregunta. Recordar y aprender regularmente de tus sueños te ayudará a comprenderte más profundamente a ti mism@ y a los demás.

Refuerza la relación con tu intuición

Soñar es una fuente natural de intuición, y unas pocas preguntas sencillas sobre los sueños pueden conducir a grandes percepciones intuitivas. Las personas profundamente intuitivas analizan sus sueños y aceptan que son a menudo manifestaciones de la intuición. En lugar de pensar ¡Qué sueño tan extraño!, se preguntan: ¿Qué me quiere decir?

Pero parece que la investigación científica actual también respalda la idea de que soñar es una fuente de percepción intuitiva. Si la intuición se define como un destello de nueva conciencia que refleja el resultado final de un extenso procesamiento mental inconsciente, entonces el soñar puede considerarse como un generador vivo y espontáneo de nuevas intuiciones, un generador integrado en el cerebro de cada ser humano.

Preguntas para entrenar tu intuición

Hazte cuatro preguntas cada vez que recuerdes un sueño:

¿Cuál es la parte más extraña e incomprensible de este sueño? ¿Quiénes aparecen en él y cómo interactúas con ellos?
¿Qué emociones aparecen y cuándo surgen?
¿Qué tipo de realidad se te revela en este sueño?

No hay necesidad de “interpretar” el sueño, en el sentido de traducirlo en un mensaje lineal y racional. No se trata de que des respuestas precisas. Solo concéntrate en cada pregunta y juega con ella en tu mente. Presta atención a los pensamientos, a los sentimientos, a los recuerdos y a las asociaciones que surjan. Permítete esperar a que surja una respuesta intuitiva desde adentro.

Si haces esto y lo registras en un diario, aumentarás la comunicación con tu intuición y recibirás todos los beneficios de tu mayor habilidad para la autoayuda y el crecimiento personal.

Con afecto, Sophie.

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