La Angustia, Un Peso Pesado

La Angustia, Un Peso Pesado

La angustia, descrita como “infelicidad extrema causada por el sufrimiento físico o mental”, es una de las emociones más dolorosas que siente el ser humano.

Cuando hablamos de angustia emocional siempre surge el mismo tema. ¿Es la angustia lo mismo que la ansiedad? ¿O son dos condiciones psicológicas diferentes?

 

La angustia suele estar precedida por una tragedia o un evento que tiene un significado profundo. Es una respuesta razonable, típica e incluso racional a una situación traumática pero ese trauma que la dispara puede permanecer sin identificar lo que hace complicado relacionar los síntomas con su causa y, si perdura, puede afectar gravemente a muchos niveles.

En el plano psicológico, es un caleidoscopio de emociones negativas y paralizantes. Como un remolino que lo engulle todo, invade con dolor, miedo, inquietud e incluso una tristeza abrumadora. Si no es atendida, puede provocar otras afecciones, como depresión, cansancio y ansiedad.

Dada su inmensa complejidad, no es de extrañar que tanta gente tenga dificultades para identificarla, afrontarla y manejarla, aunque existen soluciones.

Angustia o Dolor

Muchos profesionales de la salud suelen distinguir entre dolor y angustia, atribuyendo la palabra dolor a casos físicos y utilizando la definición de angustia para referirse al sufrimiento mental. En realidad, los nociceptores – los receptores sensoriales del dolor – están activos tanto en casos de dolor físico, como de aflicción psicológica.

De hecho, usamos metáforas similares para describir traumas tanto físicos como emocionales; por ejemplo, se puede describir un dolor físico como “un puñal” y una respuesta a una situación como “una puñalada en el corazón”.

La Angustia, Un Peso Pesado

Los efectos de la angustia

Algunos síntomas de la angustia incluyen:

  • Sentirse abrumad@, indefens@ o desesperanzad@
  • Sentirse culpable sin una causa clara
  • Pasar mucho tiempo preocupándose
  • Tener dificultad para pensar o recordar
  • Dormir demasiado o muy poco
  • Sufrir alteraciones del apetito
  • Depender de sustancias que alteran el estado de ánimo, como el alcohol
  • Aislarse de personas o actividades
  • Experimentar ira o irritabilidad inusual
  • Experimentar fatiga
  • Tener dificultad para mantener las tareas diarias
  • Experimentar un dolor nuevo e inexplicable

Además, estas son algunas de las formas en las que la angustia puede afectar tanto la personalidad como el cuerpo:

Motivación

La motivación suele ser una de las primeras áreas de la personalidad afectada por la angustia mental. El deseo de realizar tareas básicas, como despertarse e ir a trabajar disminuye cuando no desaparece.

Si bien es adecuado tomarse un tiempo de descanso, como en caso de duelo por un ser querido, la desmotivación a largo plazo tiene consecuencias muy negativas.

Actitud

La actitud también se ve afectada por la angustia. El pesimismo puede pesar más que cualquier sentido de optimismo para quién que se enfrenta a la angustia. El pesimismo puede llevar al autodesprecio y la culpa o incluso al sentimiento de soledad y la desolación.

Consecuentemente, estos sentimientos llegan a tener un impacto muy negativo en la vida social. Es común que las personas que sufren de angustia rechacen a quiénes se preocupan por ellas o se expresen inadecuadamente lo que llega a alejar a amig@s y familiares y disuadir les de intentar ayudar.

Síntomas físicos

Como he mencionado anteriormente, la angustia mental puede provocar problemas físicos. Si no se tratan, algunos de estos síntomas pueden llegar a poner en peligro la vida.

La angustia produce mareos, problemas digestivos, presión en el pecho, fatiga y tensión muscular.

Así mismo, la pérdida de apetito es típica en un estado de angustia. Para quienes padecen la padecen, la idea de comer rara vez se les cruza por la mente, y simplemente no es tan importante como otros pensamientos. Los signos físicos del hambre también se dejan de lado. No comer resultará inevitablemente en una rápida pérdida de peso e incluso en desnutrición.

La angustia también puede afectar el sueño y repercutir en los niveles de energía. No dormir bien o suficientemente llega a afectar el metabolismo y a los niveles hormonales.

 

Además, la depresión causada por la angustia puede hacer que una persona esté crónicamente fatigada. Incluso con suficiente sueño, los pacientes con depresión mencionan cansancio excesivo y somnolencia diurna.
Por otro lado, dormir puede ser lo único que se desea para poder escapar de los pensamientos y la realidad. Este hábito puede desembocar en una higiene y cuidado personal deficientes que inciden la calidad del trabajo y de las relaciones sociales.

Qué hacer para afrontar y superar la angustia

Sentir angustia hace las tareas más simples puede resultar abrumador e inmanejable. Puede probar ciertas cosas, como hacer ejercicio y asegurarse de tener personas positivas y cosas a su alrededor, para disminuir su angustia. El ejercicio tiene una gran cantidad de beneficios y uno de ellos es la reducción del estrés. Rodearse de personas o cosas positivas y divertidas también es una buena idea porque puede ponerlo en una mejor forma de pensar. Aquí hay algunas cosas más que puede hacer para superar los sentimientos de angustia.

Distráete

Procura realizar actividades que enfoquen tus pensamientos en otras sensaciones, pensamientos y sentimientos que los que vives cuando sientes angustia. Las actividades físicas, como los deportes o el baile, ofrecen un aporte de endorfinas (las sustancias que elabora el cuerpo para aliviar el dolor y dar sensación de bienestar) muy necesario.

Otras actividades más intelectuales que impliquen la risa, la curiosidad y las emociones (cine, teatro, lectura) también ofrecen ventajas para superar el sentimiento de angustia.

Practica la meditación

Además de sus efectos positivos en la plasticidad cerebral, la meditación desarrolla la conciencia de lo que ocurre en ti y alrededor además de reforzar las zonas del cerebro relacionadas con el aprendizaje, la memoria y el manejo de las emociones. Esto último es especialmente necesario para quién padece angustia.
Hoy en día es sencillo meditar ya que existen un sinfín de propuestas adaptas a cada caso tanto en internet con vídeos y audios de meditaciones guiadas, como en talleres y seminarios donde aprender y practicar.

Puedes escuchar una meditación guiada en mi página.

Cuida de ti

La angustia a menudo puede desviar tus pensamientos y hacer que te olvides o elijas no cuidarte.
A pesar de cómo te sientas, haz un esfuerzo consciente por participar en aquellas cosas que te hagan sentir tranquilidad, relajación y bienestar. Recuerda atender tu cuidado personal básico y también ofrecerte pequeños placeres como un buen baño con sales o espuma, ir a la peluquería para verte mejor o recibir un gratificante masaje.

Practica la gratitud

La capacidad de agradecer es una fortaleza fundamental porque libera la hormona Oxitocina que estimula la paz y el amor mientras que reduce el miedo y la ansiedad y, por ejemplo, nos ayuda a dormir mejor. Dar gracias también aumenta la empatía y disminuye la agresividad lo que mejora la calidad de nuestras relaciones. Además, nos abre a un mundo de emociones y sensaciones agradables.

Te hablo más extensamente de sus efectos en mi artículo Agradecer para atraer.

Ayuda

Ayudar a los demás puede permitirte mejorar tu estado de ánimo e incluso hacerte sentir feliz dejando de lado los sentimientos de angustia y tristeza, aunque sea por un momento. El voluntariado y el servicio a otr@s aumentan la autoestima y proporcionan un agradable sentimiento de utilidad y propósito muy beneficiosos.

Pide ayuda

Existen varias opciones terapéuticas orientadas tanto a aliviar, como a manejar y a dejar atrás la angustia.

En mi consulta, practico y ofrezco la terapia ericksoniana con hipnosis generativa ya que no solo resuelve muchos de los efectos de la angustia, sino que permite sanar su causa (algún tipo de trauma tanto físico como emocional) de forma benigna y eficaz. Es muy recomendable también para tratar la angustia medicamentosa y sus efectos en la mecánica cerebral.

También puedes encontrar ayuda con mis audios terapéuticos que ofrezco en forma de Minutos gratuitos o registrándote para disfrutar de mis Sesiones Premium.

En cualquier caso, recuerda recordar

ÁMATE – CUÍDATE

Con afecto
Sophie Hardy

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