Te ofrezco aquí algunos conocimientos del Coaching que podrán ayudarte en tu crecimiento y tu éxito personal.
En tiempos de transición y crisis, las creencias que mantenemos determinan cuán ingenios@s podemos llegar a ser y cuantos recursos somos capaces de utilizar.
“Tanto si crees que puedes como si crees que no puedes, tienes razón”.
Creencias de sabiduría
Estas creencias son un conjunto de principios y valores del conocimiento que nos han transmitido valiosos pensadores, artistas o líderes como Platón, Aristóteles, Gandhi, Mozart, o Milton Erickson (hipnosis y trances generativos) que han aportado excelencia a la humanidad a través de sus habilidades y conocimientos.
El Coaching los utiliza para fomentar eficazmente los cambios deseados. Cuando las conocemos, interiorizamos y ponemos activamente en práctica, estas creencias favorecerán nuestro crecimiento personal y van a ayudarnos poderosamente en todo lo que tenga que ver con nuestra forma de relacionarnos y de comunicar.
EL MAPA NO ES EL TERRITORIO
Tod@s nos hacemos una particular y subjetiva representación del mundo que nos rodea. Nos creamos un mapa de la realidad que corresponde a nuestra experiencia interna pero que no coincide exactamente con la realidad, es decir con el territorio.
Puesto que tod@s tenemos diferentes percepciones de la realidad, necesitamos comprender que “mi percepción difiere de la tuya” lo que nos lleva a respetarnos. El hecho de que otra persona tenga un punto de vista diferente (mapa de la realidad) no significa que esté equivocado o que yo tenga razón. Por ejemplo, imagina que eres un turista que se orienta con un mapa del metro y le preguntas tu camino a alguien que lleva un mapa de calles…
Tener opciones sobre cómo interpretar la realidad cambia tu experiencia de ella. Y tener más opciones disponibles para ti comienza eligiendo interpretar cada experiencia después de explorar diferentes puntos de vista:
- Mirando la situación desde tu punto de vista.
- Mirando la situación desde el punto de vista de la otra persona.
- Siendo la “mosca en la pared”, es decir tomando la perspectiva de quien observa como testigo.
Ser capaz de adoptar estas 3 posiciones perceptivas expande nuestro mapa de la realidad y también amplía nuestro campo de elección. Con esto, nos llega la libertad de elegir más conscientemente nuestros pensamientos, sentimientos y acciones en todo tipo de situaciones. Y recuerda, el mapa se puede cambiar, pero el territorio es inalterable.
LA DIFERENCIA ES BELLEZA
Las personas más sabias sienten una atracción natural por lo diferente, tienen curiosidad por conocer y experimentar abriéndose a otros universos desconocidos ya que ello les permite aprender y evolucionar.
Si nos quedamos anclados en entornos similares y afines a nosotros sea por cultura, religión, educación o clase social, no nos damos cuenta de que estamos empequeñeciendo nuestro mundo. Damos por sentadas determinadas formas de concebir la realidad que nos enquistan en una especie de “pensamiento único y rígido”.
Todo en el universo cambia. Todo muta. La vejez se caracteriza por la rigidez y el enquistamiento, pero enfrentar con curiosidad los retos de la novedad y la diferencia, mantiene nuestra “juventud” y vitalidad anímica. Si sufres por ser diferente como el “patito feo” del cuento, recuerda que, si bien los patos no saben apreciar la belleza de lo diferente, tú sigues siendo un cisne y necesitar vivir como tal haciendo caso omiso de los “cuácks”.
COMUNICAR ES MANIPULAR
Solemos asociar el concepto de manipulación con algo negativo cuando en realidad ocurre lo mismo que con la crítica, que puede ser tanto destructiva como constructiva.
Tod@s estamos manipulando de forma consciente o inconsciente porque comunicamos con un propósito concreto. Por ello, la comunicación nos da el poder de hacer mucho daño, pero también el de hacer mucho bien.
Tenemos la responsabilidad de cuidar nuestras intenciones para que esa manipulación que ejercemos mediante nuestra forma de comunicar tenga un impacto benéfico en lugar de uno destructivo y nos sirva para construir un entorno de armonía que contribuya a crear felicidad.
Esa responsabilidad en el propósito y la forma de comunicar también debemos ejercerla con nostr@s mism@s. Es importante que cuidemos como nos hablamos y evitemos calificarnos con apreciaciones como “Qué estúpid@ soy”, “Soy un desastre”,
“Es que nunca aprendo”. Esta forma de autocalificarnos nos condiciona negativamente y refuerza las creencias
limitantes que tenemos sobre nosotr@s mism@s y nuestras capacidades.
CONFÍA EN TU INCONSCIENTE
La mente inconsciente (o inconsciente) consiste en los procesos que ocurren automáticamente e incluyen sentimientos reprimidos, habilidades automáticas, percepciones subliminales y reacciones automáticas, incluyendo complejos, fobias o deseos ocultas.
En el aspecto que nos ocupa aquí, el inconsciente, a veces llamado intuición, es esa voz, ese convencimiento o ese pensamiento que te insta a decir o actuar sintiendo que será lo adecuado para ti. Es una certeza, y sin embargo no siempre le hacemos caso.
La sabiduría nos enseña a confiar en nuestro inconsciente, pero generalmente ni sabemos, ni podemos determinar cuando estamos manifestando nuestra sabiduría inconsciente o cuando está emergiendo un miedo o una creencia negativa.
¿Cómo identificar los mensajes de nuestro inconsciente?
La clave está en ejercitarnos para detectar cual es el primer impulso, la primera voz, el primer pensamiento que aparece. Si estamos atentos, podremos darnos cuenta de que generalmente, inmediatamente después de que se produzca ese primer mensaje, aparece otro que lo tapa, lo contradice y lo anula. Cuando somos capaces de identificar esas dos voces, esos dos pensamientos, esos dos impulsos, entonces podemos decidir atender certeramente al primero porque ese es el mensaje de nuestro inconsciente que nos lleva a tomar la mejor decisión.
Es necesario convencernos de que sabemos mucho más de lo que creemos sobre cómo resolver una situación o cómo tomar una decisión.
Con afecto,
Sophie Hardy