La depresión engaña la mente y envuelve el corazón en un manto de oscuridad
Se calcula que la depresión afecta a más de 300 millones de personas en todo el mundo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) sitúa a España en el 4º país de Europa con más de 2 millones de casos. Tengo constancia, en consulta, de que estas cifras no reflejan la magnitud del problema ya que, de 10 personas con depresión o en fase depresiva que han acudido a mí, casi la mitad no habían sido diagnosticadas.
Más allá de las cifras impactantes que compruebo como profesional, también me mueve algo muy personal. La depresión ha hecho mella en mi familia y me ha afectado periódicamente gran parte de mi vida con episodios repetitivos de tristeza desesperante, de enfermedad y sufrimiento físico, de comportamientos autodestructivos o fases de falta deseo, de voluntad o de energía para hacer o moverme.
Me siento afortunada porque mi anhelo personal me ha llevado a buscar testarudamente, y consecuentemente a encontrar, ayudas para saber salir. Nunca tomé ningún tipo de antidepresivo porque no fui diagnosticada y tampoco lo habría aceptado. Siempre supe intuitivamente que el enemigo era mi propia mente y que su poder para crear conflictos también era capaz de servirme para encontrar mis soluciones.
Emerger de cada fase depresiva de mi vida me ha costado al principio años, después eran meses, luego solo días o incluso horas. Hoy en día, con la ayuda adecuada que te voy a elaborar sé que mi proceso no tenía por qué ser ni tan largo, ni tan difícil.
QUÉ ES LA DEPRESIÓN, COMPRENDER PARA APRENDER
La depresión no es una “condición del estado de ánimo”.
Sus ramificaciones alcanzan todas las áreas de la vida. No afecta solo el ánimo, afecta la fisiología, la salud física, las relaciones, el rendimiento en el trabajo, el estado de la mente, la capacidad de concentración, la calidad y el tono de los sentimientos y la psicología. Invade todas las habilidades del consciente y del inconsciente y las neutraliza o manipula.
La depresión es socialmente contagiosa y especialmente para los hijos que tienen muchas más probabilidades de riesgo que otros niños que no están en contacto directo con ella.
La depresión, se retroalimenta. Deforma la calidad del pensamiento de tal forma que afecta a la habilidad para tomar las decisiones y condiciona las actitudes por lo que aumentarán los motivos para la depresión y ésta se verá reforzada.
Los acontecimientos traumáticos que se suelen relacionar como causa de depresión no pueden ser considerados totalmente responsables ya que otras personas en las mismas circunstancias parecen inmunes. Realmente, la depresión tiene su origen en cómo se interpretó aquello en el pasado, en cómo se mantiene utilizando el mismo patrón de pensamiento para evaluar las experiencias de hoy y en cómo se refuerza aplicando ese mismo patrón al proyectar el futuro con afirmaciones iniciadas desde una creencia de que “ya sé lo que va a pasar”.
Es asombroso comprobar cómo algunas personas han vivido situaciones espeluznantes, dramas personales insufribles y experiencias absolutamente estresantes y sin embargo son capaces de disfrutar de su vida y de sus relaciones y pueden ocuparse normalmente de sus responsabilidades.
Al conocerlas mejor, se puede apreciar en todas ellas habilidades especiales que tienen que ver con una capacidad para el “Auto manejo positivo”. Son personas capaces de comprender adecuadamente lo que les ocurre y formular pensamientos positivos y flexibles al respecto. Son personas resolutivas que consiguen crearse redes de apoyo. Tienen la habilidad de transcender las situaciones sea cual sea su intensidad y se proyectan en un futuro de forma realista y motivadora.
Curiosamente, no acabo de describir a personas superdotadas. Son precisamente las personas corrientes quiénes muestran esa habilidad innata e inconsciente. Si les preguntas cómo lo hacen, te hablarán de buena constitución física, de genética familiar o de buenas condiciones en la infancia.
Otras muchas personas pasaron por la depresión y no volverán a caer en ella porque han aprendido a desarrollar esas habilidades latentes pero que permanecen ignoradas por gran parte de la profesión médica y no suelen ser cultivadas ni en el seno de las familias, ni en los ámbitos docentes.
El aprendizaje de cualquier habilidad en el Auto manejo positivo tiene la virtud de despertar otras habilidades y, además, de hacerlo exponencialmente a lo largo del tiempo.
Las personas inmunes a la depresión se apoyan en el auto conocimiento y poseen una habilidad clave: Aprenden de sí mismas.
El propósito de la buena terapia es ayudar, a las personas que no poseen intuitivamente esas habilidades, a adquirirlas. Digo “buena terapia” porqué gracias a ella se ven cambios significativos: Día a día se reduce el nivel de la depresión, se reduce su frecuencia, se reduce la vulnerabilidad ante las recaídas y se reduce su impacto en las personas cercanas.
Conocer la depresión es un factor esencial para poder comprender los mecanismos perniciosos que la mantienen y construir un programa de recuperación eficiente.
- Causas comunes que pueden causar depresión
- Herencia: Por transmisión psicogenética en la familia.
- Diferencias biológicas y químicas: Por cambios físicos o desequilibrios químicos en el cerebro.
- Hormonas: Por cambios y desequilibrios hormonales como después de un parto (depresión posparto).
- Trauma o estrés: En períodos de alto estrés, por eventos traumáticos o cambios importantes en la vida.
- Rasgos de personalidad: Por una baja autoestima o el pesimismo.
- Enfermedades: En materia de salud mental o física o por tomar ciertos medicamentos.
Como saber si tienes depresión. Alertas
Antes, afirmé que las cifras de la OMS no incluyen a todas esas personas que no han sido diagnosticadas por un profesional. Eso se debe a que la depresión puede resultar muy insidiosa y adoptar visos de normalidad o mostrarse como otra cosa de forma que nadie la identifica. La depresión puede ser una respuesta normal a la adversidad y la pérdida. Hay innumerables situaciones que pueden desencadenar sentimientos de dolor, desesperación, ira, resignación y otros sentimientos desagradables.
Pero hay dos distinciones clave entre lo que puede considerarse como una depresión “normal” que se superará de forma natural y otra que sí requiere intervención activa:
1) Hasta qué punto llegan las cosas
2) Por cuanto tiempo se mantienen
Cuando la depresión es tan poderosa que deforma tu visión sobre ti mism@ y sobre tu vida de manera negativa; Cuando esos pensamientos distorsionados te llevan a tomar malas decisiones que pueden incluso llegar a ser autodestructivas; Cuando muchos aspectos de tu vida ya no tienen sentido; Cuando dejas de querer hacer muchas cosas; entonces tu depresión ya no es “normal”.
Existen alertas como: Comer demasiado o muy poco – Sentir poco apetito sexual – Tener cambios en los hábitos de sueño – Abusar del alcohol o las drogas – Sentir cansancio injustificado – Mostrar alegría forzada – Tener una visión negativa del futuro – Experimentar pérdida de concentración – Sentir desinterés por actividades de ocio – Padecer dolores físicos y trastornos de salud como dolor de espalda, dolor crónico, problemas digestivos o dolor de cabeza.
Pero todos estos síntomas pueden ser solo síntomas aislados que responden a otras causas. Para identificar si tienes realmente tienes depresión, los profesionales utilizamos dos preguntas especialmente importantes para hacer el diagnóstico:
- ¿Te has sentido deprimid@ o triste durante el último mes o más?
- ¿Ha perdido interés o has dejado de disfrutar de las cosas que normalmente te interesan o te son placenteras?
Una respuesta afirmativa a una o ambas preguntas sugiere que ya estás deprimid@ o puedes estar en riesgo de sufrir depresión.
¿QUÉ HACER CON LA DEPRESIÓN?
Enfoque médico mecanicista
Este enfoque centra sus actuaciones en la manipulación de los neurotransmisores – las sustancias químicas naturales que transmiten información entre una neurona y otra creando un complejo y versátil sistema de procesos mentales, desde la gestión de las emociones hasta la planificación y creación de estrategias, pasando por la realización de movimientos involuntarios y el uso del lenguaje. Existen distintos tipos de neurotransmisores, cada uno de ellos con distintas funciones.
Los antidepresivos pretenden ayudar a mejorar la forma en que el cerebro utiliza ciertas sustancias. Para ello, la medicación se sirve de sustancias inhibidoras o recaptadoras para interactuar con ciertos neurotransmisores como la Serotonina – comúnmente conocida como la hormona de la felicidad – y la Noradrenalina relacionada con la motivación, la ira o el placer sexual. A veces también utiliza antidepresivos cíclicos que interrumpen la absorción (recaptación) de la serotonina y de la Noradrenalina.
El objetivo es conseguir aliviar químicamente los síntomas del sistema vegetativo, como los problemas del sueño o los desajustes del apetito, y aliviar la presión.
Pero los antidepresivos alteran el equilibrio de químico en el cerebro lo que produce una variada lista de efectos secundarios como: Aumento del apetito y aumento de peso – Pérdida del deseo sexual y otros problemas sexuales, como disfunción eréctil y disminución del orgasmo – Fatiga y somnolencia – Insomnio, sueños extraños – Náusea – Fatiga y somnolencia – Boca seca – Visión borrosa – Estreñimiento o diarrea – Mareo – Agitación, nerviosismo – Irritabilidad – Ansiedad.
Además, después de la reducción o interrupción de la medicación antidepresiva la persona se suele enfrentar al síndrome de abstinencia de antidepresivos cuyos síntomas pueden parecerse a la gripe, o conllevar problemas para dormir, náuseas, falta de equilibrio, cambios sensoriales y ansiedad. La medicación cambia un problema por otros.
Finalmente, me tomo muy en serio las alarmas surgidas en todo el mundo en cuanto a la relación medicación y suicidio. Por ejemplo, en 2004, la Food and Drug Administration (FDA) de los EE. UU. advertía sobre el riesgo de suicidio en niños y adolescentes relacionado con el uso de antidepresivos. En 2006, la FDA ampliaba su advertencia a los adultos jóvenes de entre 18 y 25 años. Hoy en día, la FDA sugiere que los pacientes de todas las edades que comienzan a tomar antidepresivos deben ser monitoreados cuidadosamente para detectar empeoramiento clínico, tendencias suicidas o cambios inusuales en el comportamiento.
Ninguna medicación te enseñará a desarrollar tus habilidades para manejar situaciones de estrés o de miedo, ni dará explicación a lo que te pasa, ni te ayudará a tener y mantener relaciones positivas.
Enfoque holístico sistémico
El ser humano es un maravilloso sistema en el que varios planos interactúan – cuerpo físico, mente, psique, cuerpo energético, y todos los que desconocemos – que se relacionan e influyen entre sí. Al ser un sistema, cada uno de sus elementos debe ser considerado individualmente, pero prestando especial atención a restablecer la armonía en sus relaciones para conseguir el equilibrio del conjunto.
Este enfoque busca, por un lado, despertar o conectar a quién padece depresión con sus habilidades naturales en el auto manejo saludable de su mente. Y, por otro lado, conseguir incorporar ciertas prácticas y hábitos que reducen el estrés, la ansiedad, la angustia, la tristeza y la apatía mientras fomenta la producción de los neurotransmisores encargados de las muchas funciones relacionadas con el bienestar y la felicidad, las famosas endorfinas.
- Habilidades
Considero primordial abordar la adquisición de habilidades en el auto manejo positivo porqué son ellas las que manifiestan de forma natural quiénes no padecen depresión o han sabido salir de ella. Además, como te decía antes, su aprendizaje tiene un poder de retroalimentación y cada habilidad despierta otras habilidades de forma exponencial en el tiempo.
En coherencia con todo expuesto, en consulta, utilizo prioritariamente:
- Para construir la auto estima, reconectar con los recursos y soluciones propios que llevan a su vez a despertar nuevas habilidades, recurro a la Hipnosis Ericksoniana, al coaching con PNL o la técnica de liberación emocional EFT – Tapping.
- Para restablecer la armonía en el sistema personal recurro a las constelaciones de la consciencia personal que desarrollé sobre la base de mi formación en Constelaciones Familiares y Coaching Sistémico.
- Finalmente, doy Sanación para sanar no solo el plano energético y demás planos sutiles más allá de los que conocemos.
Gracias a este enfoque terapéutico la persona dispone de habilidades que la favorecen y que propician practicar los hábitos positivos de los que te voy a hablar ahora.
- Hábitos
Según mi propia experiencia personal y profesional, las prácticas y hábitos recomendables para superar la depresión incluyen:
- Escuchar o practicar Meditación, Mindfulness, Respiración profunda, Yoga, Tai Chi, Chi Kung, Reiki, Sanación, Jin Jyutsu, Auto Hipnosis, Cantar, etc.
- Realizar afirmaciones positivas (dichas, leídas o escritas),
- Practicar actividades terapéuticas y terapias.
- Socializar con otros, unirse a actividades en grupo, participar en terapias grupales, en actividades de ocio donde encontrar apoyo emocional y psicológico para salir del aislamiento.
- Realizar actividades de ocio placenteras.
- Hacer ejercicio físico como caminar, practicar cualquier deporte o bailar.
- Comer adecuadamente, de forma equilibrada buscando combinar lo saludable con lo agradable.
- Pedir ayuda y aceptarla.
En este sistema terapéutico, todos los aspectos se retroalimentan y refuerzan mutuamente. Las buenas habilidades favorecen los buenos hábitos y los buenos hábitos favorecen las buenas habilidades. Por ejemplo, hacer deporte eleva la producción de endorfinas lo que favorece una mejor autoestima y una mejor autoestima facilita decidir hacer deporte lo que aumentará el nivel de endorfinas.
Un abrazo.
Sophie Hardy